Thales Alenia Space está fabricando los satélites Koreasat 5A y Koreasat 7, que incluirán las mayores piezas metálicas impresas en 3D en Europa hasta la fecha.

Las piezas en cuestión son los soportes de la antena de telemetría y telecomando de estos satélites de comunicaciones. Tienen unas medidas de 45x40x21 cm aproximadamente, están fabricadas en aluminio y son iguales en ambos satélites.

Serán fabricadas por la compañía francesa Poly-Shape empleando una técnica denominada «proceso de fabricacion aditiva usando una cama de polvo» (powder bed additive manufacturing process) y para ella ha sido necesaria una máquina de gran formato, la Concept Laser Xline 1000R, la mayor disponible en el continente.

Este método de fabricación requieren crear el vacío en el interior de una cámara, donde se funde el polvo que conforma capas sucesivas de la pieza empleando un laser de 1kW.

Gracias al uso de tecnologías de fabricación aditiva, la empresa ha podido emplear un concepto de diseño bio-inspirado innovador, que supone ventajas con respecto a los empleados cuando se trabaja con técnicas de fabricación tradicional.

Según la empresa Thales, entre las ventajas está una disminución del peso del 22% y de coste del 30%, así como una distribución del tiempo necesario en uno o dos meses.

Thales ha mostrado su interés en nuevas tendencias de fabricación que vamos a ver introducirse en los próximos años en las factorías, principalmente en la impresión 3D y la robótica colaborativa – cobótica -.

Como viene siendo habitual, la industria aeroespacial, con mayores inversiones en I+D será un campo de pruebas y desarrollo de estas tecnologías.

Ya la semana pasada veíamos como China había puesto en órbita las primeras piezas fabricadas en 3D, también para el soporte de la antena de un satélite experimental.

Por su parte NASA está ensayando integrar turbinas fabricadas por manufactura aditiva en el motor cohete F-1 de Aerojet Rocketdyne y financia la investigación para aplicarlo a sistemas de propulsión de Cubesats, satélites de pequeño tamaño.

También empresas privadas como Rocket Labs quieren emplear la impresión 3D para fabricar grandes partes de sus cohetes eléctricos experimentale. Y eso sin olvidarnos de cómo los avances de uso de la impresión 3D en la construcción también serán usados en las futuras colonias de la Luna y Marte.

Unos avances que sin duda repercutirán en cómo fabricamos nuestras viviendas.

Con noticias como estas vamos observando cómo la impresión 3D deja de ser un campo especulativo y experimental introducirse una técnica de fabricación industrial totalmente válida.

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