Un equipo de ingenieros de Asociación de Investigación Tecnológica para la Fabricación Aditiva del Futuro – con sede en Tokio, Japón – está desarrollando una impresora 3D para  con la meta de reducir el coste de la fabricación personalizada al nivel de la producción en masa, la cual pretende ser usada específicamente en la fabricación de moldes industriales.

El proyecto, realizado en asociación con CMET – fabricante de impresoras 3D, subsidiaria de Nabtesco y con sede en Yokohama – busca hacer la fabricación personalizada de piezas industriales o semiconductores a través de impresión 3D de forma tan barata y viable como la producción en masa.

Moldes de arena

Recientemente, el equipo de investigación dio a conocer un prototipo de esta avanzada impresora 3D, capaz de producir moldes con de arena para piezas industriales.

Alternando arena y extrusión de adhesivos, la máquina se informa, capaz de producir piezas estructuradas intrincados y complejamente, que podrían tener aplicaciones masivas en las industrias automotriz y aeroespacial, entre otros.

La impresora 3D también ofrecerá un coste de fabricación más eficiente sistema de aditivo en comparación con otras impresoras 3D existentes utilizadas para la fabricación industrial.

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El prototipo ofrece varias ventajas sobre las impresoras 3D de metal actuales, y la velocidad no es una ventaja menor. Según el equipo de investigación, su prototipo puede ya fabricar estructuras y moldes a la impresionante velocidad de 100.000 c3 por hora, haciéndola 100 veces más rápida que las impresoras 3D de metal más rápidas actualmente.

En términos de escala, la impresora es capaz de hacer moldes de 1,8 metros de largo por 1 metro de ancho y 0,75 metros de profundidad.

Además, la impresora 3D japonesa en realidad puede reutilizar la arena sobrante del lecho de impresión, lo que la hace eficiente, además de eficaz.

En fase de pruebas

El fabricante internacional Nissan Motor, la constructora, minera y fabricante de equipos militares Komatsu Ltd., y el fabricante de turbocompresores IHI ayudarán en la fase de evaluación de la nueva impresora 3D y probarán las piezas fabricadas con sus moldes de arena.

De acuerdo con los investigadores, los moldes podrían ser utilizados en la producción en masa, con el potencial para producir, por ejemplo, 20.000 turbocompresores de automoción al mes o 3.000 cabezas de cilindro de motor al mismo tiempo.

La desarrolladora responsable de la nueva impresora 3D industrial ha declarado que su objetivo es tener una versión usable de su innovadora máquina para el año fiscal 2017, aunque aún no se le ha asociado un coste o un nombre.

Este proyecto es un paso más en el proceso de hacer la fabricación personalizada más efectiva en tiempo y costes. Con esta y otras innovaciones similares, parece evidente que la revolución de los procesos de fabricación industrial continúa con fuerza.