El término Industria 4.0 surge como impulso del gobierno alemán para atraer la modernización de su tejido empresarial, fuertemente dependiente del sector productivo.

Como una forma específica de hablar de neoindustria. Dentro de sus estrategias para el 2020 busca introducir una alta cualificación en las factorías por venir.

El objetivo final es mantener unas factorías competitivas, capaces de desarrollar productos de alto valor añadido y de adaptarse a las necesidades del mercado.

La actual producción en masa sigue siendo un paradigma que se va a mantener, pero los grandes costes en maquinaria para productos rígidos o extensivos en mano de obra no permiten que la producción se adapte a los cambios tecnológicos o de consumo a la velocidad del mundo cambiante en el que vivimos.

La factoría del futuro se prevé  y con la capacidad de producir objetos diversos dentro de la misma línea de producción mediando poca intervención humana, capaz de convertir la factoría y la producción en un servicio más.

La fuerte irrupción de las tecnologías de la información dentro de la factoría es comienza hace más de cinco décadas y ha marcado la optimización de la producción.

El paso a dar es hacia a una producción inteligente donde máquinas inteligentes, sistemas y redes capaces de intercambiar información entre ellas y de responder a los sistemas de gestión de la producción.

Se busca el paso hacia una producción más descentralizada e innovadora, donde en ocasiones los servicios vuelven a integrarse verticalmente dentro de la misma factoría o empresa son el paso hacia lo que se denomina la cuarta revolución industrial.

La impresión 3D unida a la robotización tiene un papel fundamental en este proceso como evolución de los sistemas de fabricación numérica capaces de convertir información del diseño en el producto deseado sin mediar la fabricación y ensayo de herramientas y utillaje, y reduciendo el postprocesado y el exceso de material.

Por otro lado, la integración definitiva del mundo físico con el cibernético. Sistemas Ciber-Físicos permiten la integración de la información digital  con el “mundo real”.

Tecnologías como la visión artificial y el internet industrial permiten sistemas flexibles capaces de anteponerse al fallo, de aprender de él o de enfrentarse a nuevos productos y retos sin mediar el operario.

La conectividad de los dispositivos unida a los sistemas de robótica móvil abren un camino hacia el desplazamiento libre o bajo demanda de los productos intermedios durante la fabricación y a su alojamiento y almacenamiento y gestión de forma informatizada, liberando al operario de gran parte del trabajo físico.

La producción basada en internet o en demandas generadas automáticamente, personalizadas al usuario son un paso más a la producción en cadena personalizada de cara a proveer de aquello que el cliente necesita en un mundo cambiante.

El tipo de productos a aparecer también ha de cambiar, los dispositivos inteligentes y conectados, la fuerte implementación de sistemas embebidos y el desarrollo de metodologías de comunicación en eso que llamamos el “internet de las cosas” va a cambiar la forma en que interactuamos con los productos, pero también la forma en que los fabricamos.

Por otro lado y como matiz adyacente encontramos el concepto Neoindustria, bautizado para dar un contexto a nuevas dinámicas del mercado productivo que buscan que la producción distribuida pueda llegar a cambiar las dinámicas actuales de un mercado provisto por grandes actores muy fuertes.

Las nuevas tecnologías favorecen una disminución de los costes de entrada en los medios de producción y la fabricación como un servicio y la fabricación sencilla permiten llevar la innovación a todos los sectores de la población.

Se une a ello la irrupción de nuevas filosofías de diseño y gestión del conocimiento derivados de la época de internet y de las tecnologías informáticas.

El concepto de Open-Source pasa a lo físico y la estructura actual del mundo de patentes se diluye en entre el intercambio de información y nuevas formas colaboración y co-creación donde cada servicio es importante por el valor que aporta a un cliente concreto y no por las rentas derivadas del monopolio de la producción.

Queremos ver en este retorno de la producción distribuida un nuevo auge de los oficios y una disminución de la escala productiva, más cercana al entorno y ecosistema del productor, capaz de comprender las necesidades de aquellos que le rodean y para poder interactuar con la realidad de su entorno.

Neoindustria: las factorías del futuro

Neoindustria y el futuro de cómo fabricar cosas

La factoría del futuro local que se nos plantea pasa por un concepto muy automatizado,  y flexible, con poca intermediación humana y grandes estándares de personalización del producto.

Uno de los principales pioneros en plantear de forma muy inteligente una factoría avanzada y disruptiva ha sido el reciente caso de Adidas.

Su futura “SpeedFactory” en Ansbach, Alemania pretende devolver la producción china a territorio europeo.

El objetivo es poder responder de forma rápida a la demanda del cliente, de una forma muy especializada, un campo en el que los fabricantes de calzado deportivo llevan un tiempo ensayando.

No es para menos, la lucha por la impresión 3D en este sector ha involucrado interesantes noticias que muestran la lucha con otros gigantes como Nike, New Balance, con un gran interés por el desarrollo personalizado de suelas.

Dentro de la factoría robotizada del futuro, que confía en la inteligencia artificial y robots flexibles, las posibilidades de personalización y adaptación de la producción, unido a una reducción de costes y especialización del trabajo pueden promover una fuerte implantación de este tipo de concepto de fabricación en territorio Europeo y estadounidense.

No es para menos, el interés no es meramente tecnológico, los precios de  la mano de obra en China están viendo un gran incremento y sus territorios de out-soucing natural como Vietnam o Camboya son los nuevos objetivos, sin embargo, las recientes crisis han despertado apego por el concepto de la relocalización de la producción cercana y generan una salida al personal áltamente cualificado europeo.