Aprovechando que termina la Semana Santa, resucitamos un poco este blog con temática culinaria, un tema que ya hemos tratado anteriormente: la aplicación de la impresión 3D a la fabricación de comida.
Vamos a ver algunas innovaciones que han ido apareciendo desde el post anterior sobre el asunto.
Pon tus servilletas al cuello, echa mano a tus extrusores y, buen provecho.
Natural Machines
¿Quién dijo que la comida prefabricada era poco sana?
La máquina Foodini de Natural Machines pretende acabar con ese mito.
Esta impresora puede preparar ingredientes frescos, crear una gran variedad de pastas, e introducirlas en cápsulas reutilizables para posteriormente imprimirlas en cualquier forma sobre la cama de impresión.
Como la pasta alimenticia se fabrica por el propio “cocinero”, se pueden elegir productos sanos, orgánicos o prefabricados y llenos de aditivos.
El único inconveniente es que la comida impresa por esta máquina no está cocinada, así que debemos hacerlo a posteriori, o imprimir comida que pueda ser ingerida cruda.
Por extraño que parezca, el proceso de crowdfunding que Natural Machines hizo en Kickstarter no tuvo el éxito esperado (sobre todo considerando que una ensalada de patata sobrepasó con creces sus objetivos de financiación).
Pero los creativos de Natural Machines no se rindieron, y en estos momentos están consiguiendo la financiación necesaria para producir sus impresoras con un precio de venta de alrededor de 1000 dólares.
La impresora 3D Everything Printer de TNO
Una organización que parece tomar en serio eso de imprimir alimentos es la holandesa TNO (Nederlandse Organisatie voor Toegepast Natuurwetenschappelijk Onderzoek, es decir, la Organización Holandesa para la Investigación en Ciencia Aplicada).
Para ellos, este avance tecnológico es de gran importancia, y no solo como novedad culinaria.
Para TNO, la impresión 3D permitiría fabricar comidas especialmente diseñadas para el consumidor individual, utilizando datos fisiológicos e históricos, con el fin de proveer a cada uno de las cantidades de nutrientes necesarias.
El sabor vendría determinado por lo que apeteciera en cada momento, utilizando ingredientes alternativos tales como algas, hojas de remolacha, o incluso insectos.
En la actualidad, TNO colabora con Barilla para imprimir piezas de pasta personalizadas cada dos minutos, de modo que podamos llegar a nuestra Trattoria favorita con un archivo CAD y dejarlo al dente.
Los spaguetti ai funghi porcini están a punto de tomar otra dimensión, y nunca mejor dicho.
Además, junto con la diseñadora Chloé Rutzerveld, investiga en la fabricación de galletas fabricadas con frutas y hortalizas desecadas, nueces o algas, y rellenas de levadura,bacterias, hongos y germinados que, con el debido tiempo, crecen y dan sabor a las galletas, dando un nuevo sentido a la comida “orgánica”, tal como adelantábamos hace meses.
Papillas con un aspecto apetitoso, gracias a Biozoon.
En las residencias de ancianos, muchos de los usuarios no pueden masticar los alimentos, y disfrutar de las diferentes texturas y sabores, por lo que las comidas, que constituyen para ellos un evento social donde se reúnen y comunican, pierden casi todo su atractivo.
Además, muchas personas mayores sufren de disfagia, un trastorno que les obliga a consumir su alimento licuado, pues no pueden tragar y la comida acaba a menudo en los pulmones, provocando diversos problemas, e incluso la muerte.
Sin embargo, las papillas no tienen por qué ser una masa informe: las residencias de ancianos están de enhorabuena gracias a la marca alemana Biozoon.
Financiada por la CEE, esta empresa pretende acabar una impresora 3D de comida a final de este año, usando extrusores, comida líquida y un agente gelificante.
Con estos elementos, la máquina recreará la forma y sabor de algo más difícil de tragar, como un alita de pollo, pero capaz de licuarse en la boca, y con todos los nutrientes necesarios para mantener su salud.
Y tras los platos principales, llegamos al postre.
La Chefjet de 3D Systems
No se equivocan quienes creen que la comida entra primero por los ojos, y la ChefJet 3D printer consigue resultados deliciosos en este aspecto. Esta impresora fue diseñada originalmente por una empresa pequeña, fundada por un matrimonio de arquitectos, llamada the Sugar Lab.
En nuestro post anterior, hablábamos de códigos QR impresos con azúcar, pero como se ve en la imagen, han perfeccionado la técnica.
Si en las reposterías podemos ver ya auténticas obras de arte con pasta de azúcar, imaginad cuando se extiendan estas máquinas.
Se prevé fabricar la ChefJet con dos versiones, la estándar y la pro, capaz de imprimir a todo color, y no solo con azúcar, sino con chocolate, sirope de manzana o cualquier sabor que se pueda encontrar.
La mala noticia es que, aunque la empresa pretendía tenerla lista para finales de 2014, parece que la producción no ha ido al ritmo deseado. Aún así, temblad, muffins, vuestros tiempos de gloria se acaban.
La impresora f3d de Some Smart Kids
Tanto para los que se maravillan como los que se horrorizan con las proezas de los jóvenes cocineros en el programa MasterChef Junior, tenemos la f3d,, un prototipo diseñado por estudiantes de grado en un College británico, que incluso incluye un horno halógeno de 1400 W para cocinar la comida impresa.
Con este ingenio, los estudiantes pudieron imprimir tres ingredientes: masa, salsa de tomate y queso, para cocinar una pequeña pizza. Y todos los componentes “sólo” les costaron 1900 dólares
Chocolate lovers
Para algunos, dulce y chocolate deben ir juntos en la frase. Si ese es vuestro caso, no os faltan alternativas, ya que existen varias compañías que ofrecen servicios de impresión de este dulce, o incluso las que intentan vender impresoras de chocolate, como la Choc Creator de Choc Edge, pionera en el mercado.
Esta impresora fue diseñada en 2012 por el dr. Liang Hao y puede dibujar casi todas las formas imaginables en pasteles y galletas. Eso si, el invento no está al alcance de cualquiera: 3200 dólares.
Así que la alternativa es utilizar nuestra impresora de escritorio, convenientemente adaptada a la extrusión de estas dulces tintas.
A esta misma conclusión han llegado algunos fabricantes de impresoras 3D, como ZMorph, cuya versátil 3D de escritorio incluye cabezales intercambiables, entre los que se encuentra un extrusor de líquidos para imprimir chocolate o masa pastelera, así como otros materiales menos comestibles como arcilla o silicona.
A continuación, podemos meter las piezas al horno y conseguir pasteles con interesantes formas.
Otra alternativa es la Discov3ry Extruder de Structur3d, un extrusor universal de pasta que fue financiado con éxito en Kickstarter, y que permite imprimir tanto con chocolate o pasta de azúcar como con otros materiales viscosos no comestibles.
Y finalmente, puedes construir tu propio extrusor universal de pasta, siguiendo las instrucciones del diseño de “RichRap” Horne’s
El mejor postre, la fruta
Y finalmente, para los que no le dan al dulce y/o piensan en su línea de cara al verano, se puede tomar fruta de postre.
Fruta impresa en 3D, con la impresora 3D Fruit Printer de Dovetailed.
Esta impresora se basa en el moderno método de la esferificación, y combina el sabor de la fresa con un gel rico en sodio para depositar pequeñas esferas en una solución fría de cloruro cálcico, para crear algo que parece una mora. Bueno, en realidad parece gelatina, pero al menos es una aproximación interesante.
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