Varios artículos llevamos publicados ya sobre la impresión 3D aplicada a la arquitectura. Ayer mismo, reprodujimos uno que había sido publicado en una web de arquitectura, y eso, a pesar de que lo llevado a cabo hasta su redacción habían sido experimentos y pruebas. Sin embargo, las casas impresas en 3D ya son una  realidad.

Concretamente, en China, donde 10 casas de 200 metros cuadrados  han sido  construidas con esta tecnología 3D usando materiales reciclados.

La empresa Winsun Decoration  Design Engineering Co. es la responsable de la construcción de estas casas, utilizando  residuos de construcción  e industriales, y una gran impresora de caballete, utilizando un sistema como el descrito en el post sobre construcción en contornos.

La impresora tiene una longitud de 32 metros, una anchura de 10 metros, y 6 metros de altura; estas máquinas son fabricadas en Suzhou, según declaró el CEO de Winsun, Ma Yihe, cuya empresa  lleva años desarrollando el sistema y los materiales utilizados para la impresión, entre los que se encuentran el yeso y el cemento reforzados con fibra de vidrio, para los cuales la empresa posee patentes a nivel nacional.

Según 3Ders.org, el coste de cada una de las casas,  fue de 4800 dólares americanos, que según la compañía es la mitad del coste que tendrían usando el método tradicional. A pesar de la aparente eficiencia, es poco probable que el método se popularice debido a barreras legales (relacionadas, parece ser, con las tecnologías de impresión 3D y la legislación sobre patentes).

En realidad, y a diferencia de los artículos que hemos publicado anteriormente sobre esta técnica, las casas no se construyeron en un solo bloque, sino que se imprimieron piezas que luego fueron ensambladas juntas, por lo que, según The Financial Times,  existe cierta controversia sobre si se puede considerar que las casas  son impresas en 3D, o si el proyecto de DUS Architects de la casa del canal (que se espera finalice en tres años) será el primero en construir una casa construida integramente en 3D.

Fuente: Archdaily

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