Qué es un marketplace 3D
Los marketplaces son una plataformas web de intercambio de archivos para impresión 3D, con o sin un sistema incorporado en la capacidad de comercio electrónico.
Los diseñadores suben archivos para imprimir en 3D, mientras que otros usuarios compran o descargan los archivos cargados para la impresión.
Muchos de estos marketplaces surgieron y crecieron rápidamente gracias al tipo de segmento de mercado al que se dirigen. Son útiles para aquellos consumidores que no pueden/buscan crear diseños en 3D, pues los marketplaces son una de las grandes fuentes de diseños 3D y, se cree que van a dominar el mercado de los objetos 3D imprimibles.
Los marketplaces facilitan la gestión de cuentas, la infraestructura, los recursos del servidor y garantías de liquidación seguro de pagos (e-commerce). Algunos de los mercados también ofrecen servicios adicionales, tales como la impresión 3D bajo demanda, la ubicación de los talleres de impresión en 3D, el software asociado para el modelo de representación y visualización dinámica de los elementos mediante paquetes como Sketchfab.
Los formatos de archivo para imprimir en 3D más ampliamente utilizados son STL, VRML y wrl.
Marketplaces: movimientos y diferencias
Shapeways, uno de los pioneros, es un marketplace que ofrece también servicio de producción. La idea de Shapeways es conectar a los diseñadores con los consumidores, consiguiendo de esta forma una cuota de mercado cercana al 70%. Ofrecen servicio de impresión 3D bajo demanda para los objetos/archivos que los diseñadores han subido a la plataforma, además de la venta de los archivos para impresión. Los diseñadores cargan archivos de diseño, y los usuarios pueden hacer pedidos a Shapeways para producir el elemento impreso en 3D, para ello, esta compañía cuenta con impresoras industriales, con capacidad de producción a gran escala a partir de una variedad de materiales, incluyendo metales, plásticos y cerámicas.
Este planteamiento podemos verlo de forma muy similar en la belga i.materialise, cuyo modelo de negocio es muy cercano al de Shapeways.
Thingiverse, a diferencia de las anteriores, es una plataforma de diseños 3D para el intercambio basado en la comunidad, operado por Makerbot (subsidiaria de Stratasys). Es, por lo tanto, una plataforma que facilita el libre intercambio de diseños 3D. La idea principal detrás de Thingiverse es promover el uso de impresoras 3D en casa, en particular dispositivos Makerbot. Numerosos proyectos técnicos utilizan Thingiverse como un repositorio para la innovación compartida y la difusión de materiales de base a la opinión pública. Cubify (filial de 3D Systems) y Sculpteo se basa en la misma idea de negocio que Thingiverse.
MyMiniFactory ofrece una combinación de los dos ejemplos anteriores (Shapeways y Thingiverse): su actividad principal es la distribución gratuita o archivos de impresión en 3D, y además ofrecen la impresión y diseño como servicios bajo demanda. La página web es propiedad de iMakr y también ofrece un servicio gratuito de streaming para los diseñadores 3D.
FabLabs, al igual que Thingiverse, también tiene por objeto promover el uso de la impresión en 3D, sin embargo, no están orientadas al lucro y trabajan en estrecha colaboración con las universidades y centros de investigación.
TechShop ofrece comercialmente una fabricación digital de similar infraestructura con una base de pago por uso.
3D Hubs es una plataforma para encontrar impresoras 3D cercanas. La idea es compartir la capacidad existente de impresoras disponibles localmente. 3D Hubs cobra una tarifa de servicio a los usuarios. Esta plataforma usa, por tanto, la capacidad de producción local en impresión 3D de cualquier lugar como servicio para el usuario final.
Ponoko vende los diseños lasercutting, así como diseños de impresión en 3D, con un mayor enfoque en el lado de corte por láser. Se dedica a la fabricación bajo demanda.
La compañía japonesa Kabuku lanza la beta de su software Rinkak MMS, un servicio en la nube para que los fabricantes puedan proveer servicios de impresión 3D de forma automatizada a través de internet de forma integrada. Mientras, la start-up de Boston Kwambio abre su marketplace en el que los usuarios pueden personalizar los productos del catálogo antes de su fabricación.
3Dprintler presenta su nueva API para monetizar su marketplace, y el vendedor de joyería personalizadas Zazzy se integrará con Shopify. Por otra parte, Threeding está incorporando cientos de antigüedades griegas a su catálogo.
Las plataformas y el consumidor medio
Tras los diferentes ejemplos, podemos concluir que el segmento de los marketplaces está en continuo movimiento y diferenciación. Es así porque, la mejor forma de acceder al mercado de consumo (consumidor medio), para las empresas del sector de la impresión 3D cuya actividad sea la producción, es la adquisición de plataformas online ya existentes, o la puesta en marcha de nuevas bajo su propiedad.
Es el caso, por ejemplo, de Formlabs que adquirió Pinshape, que es un marketplace y comunidad. Se consigue que de la plataforma online, el consumidor pase directo a la impresora. También es el caso de Stratasys que antes hemos mencionado, y que recientemente ha potenciado la plataforma de CAD online GrabCAD dotándola de capacidades para imprimir.
La necesidad de las plataformas, puede observarse en la estrategia de La Poste —agencia de correos francesa— que lanzó un marketplace de modelos 3D que complementa su centro de impresión e innovación. En estos casos, podemos decir que las impresoras necesitan de una comunidad de diseñadores y consumidores.
Estas fusiones o puestas en marcha de plataformas online permiten al usuario medio, que carece de la potencia de cálculo y medios necesarios, adquirir diseños e imprimir piezas que de otra forma le sería imposible. Y a la inversa, facilita a las empresas del sector el acceso a dichos consumidores.
Futuro de los marketplaces
La propiedad intelectual es un frente abierto para la impresión 3D, y por ende también para los marketplaces, siendo recurrente en este tema lo que se conoce como Napster moment. Se presenta como un problema similar a los derechos de autor en la música, por la facilidad existente para descargar cualquier archivo.
La DMCA, gracias al copyright, es capaz de dar con violaciones del mismo en canciones con cierta facilidad, no siendo así en patentes.
La dificultad de un DMCA para patentes es alta por lo complicado que es detectar la infracción en procesos y diseños particulares de las patentes.
Aún con todo, Thingiverse ya establece, al igual que otros marketplaces, un mecanismo similar al de DMCA, que permite a sus usuarios hacer reclamaciones por derechos de autor sobre los diseños 3D vendidos en su web. Se cree que, al igual que en la industria musical y cinematográfica, llegarán alternativas a camino entre la legalidad actual y el infringimiento sistemático de las patentes.
En la actualidad, los marketplaces existentes son pocos y su modelo de negocio todavía no es rentable. En cuanto a la competencia en el mercado de impresión 3D, extensible a los marketplaces, los proveedores de servicios independientes lo tienen complicado.
Las grandes empresas en el segmento ‘system manufacturers’, 3D Systems y Stratasys, también están tomando posiciones dominantes como proveedores de servicios.
Esta estrategia vía adquisiciones o creación de marketplaces tiene vistas a continuar en un futuro. El sector está en continuo cambio y desarrollo, y la competencia también se ve reflejada en los numerosos movimientos referentes a los marketplaces —Amazons del futuro—, en busca de la conquista de este segmento que representa el consumidor medio final.
Un consumidor que no precisará del equipo y diseños para adquirir desde su casa piezas fabricadas bajo impresión 3D.
Sin embargo, esta perspectiva parece distante, los resultados obtenidos al encargar piezas en plataformas on-line sin mediar un consultor de diseño o un operario de fabricación cualificado suelen ofrecer resultados muy pobres, no sirviendo para cubrir las necesidades de un cliente profesional.
Por ello, en la situación actual, la opción más adecuada sigue entrando dentro de los límites clásicos de la fabricación industrial, es decir, es necesario interactuar con un equipo humano que conozca cómo operar las máquinas de las que dispone y cómo adaptar los diseños para obtener un buen acabado en las piezas que se buscan.
Por todo ello, los marketplaces destinados al encargo de piezas on-line parece que quedar relegados a un usuario amateur que busca pequeñas soluciones de bajo coste.
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