La tecnología de escaneado 3D aún nos resulta a día de hoy más desconocida incluso que la impresión 3D. No obstante esta ya se sitúa al alcance de nuestros bolsillos, pudiendo llegar a complementarse perfectamente con la impresión 3D. Gracias a los escaners 3D podemos saltarnos la etapa de digitalización a través de un software de diseño 3D, dejando como necesario únicamente un post-procesado de retoque y puesta a punto que haría prácticamente prescindible la figura del diseñador 3D.

A pesar de su desconocimiento general, y más allá de sus conocidas usos en arqueología, la ingeniería, la industria de la animación cinematográfica o del videojuego, el escaneo 3D puede llegar a convertirse en una herramienta útil con diversas aplicaciones en multitud de campos.

Hoy nos hacemos eco de la puesta en práctica del escaneo y la impresión 3D por la cadena de hiper-mercados ingleses ASDA. La gran superficie lleva ofreciendo, con sorprendente aceptación y éxito, servicios de impresión bajo demanda en sus propios hipermercados. A los clientes que pasan por allí a hacer sus compras se les ofrece un curioso servicio adicional: la opción de imprimirse ellos mismos en 3D.

Mediante un rápido escaneo se consigue digitalizar en segundos la figura del cliente para, a continuación, transformarlo a un archivo en un formato reconocible para la impresora 3D. Los resultados son extraordinarios si tenemos en cuenta el detalle y la rapidez conseguidos, costando solamente en este caso 40 libras (unos 60€) obtener una mini-versión (en cerámica de calidad) de ti mismo en 3D.